Muchas personas creen que la extinción es un mito e incluso, piensan que esto es cosa del pasado y que hemos llegado al límite de nuestra evolución –o destrucción-, sin embargo, lo que acaba de suceder es una prueba de que pensar de esa forma es estar equivocados y es que ha muerto el último rinoceronte blanco macho y con él gran parte de las esperanzas de conservar su especie.
Sudán llevaba enfermo varios años y perdió la vida por complicaciones relacionadas con esto y con su edad (tenía 45 años, músculos y huesos degenerados, heridas en la piel y una profunda infección en su pata derecha trasera), por ello, cuando se volvió incapaz de ponerse de pie, el Centro Centro de Conservación Ol Pejeta de Kenia decidió parar el sufrimiento y sacrificarlo.
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La noticia ha devastado al mundo entero y es que desde que todos nos enteramos que Sudán era parte de un proyecto para evitar su extinción a causa de la caza ilegal, las esperanzas estaban puestas en él, sin embargo; no todo se ha venido abajo porque aún falta un último intento y es que los especialistas usen esperma congelado de otros machos muertos para fecundar los óvulos de las dos hembras que aún están vivas, Najin y Fatu, aunque eso sí, nadie puede negar que la forma tradicional era más sencilla que este nuevo reto, de todas formas, todos esperamos que funcione o estaremos frente a otra especie que pronto podría desaparecer.
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