Especial

A través de un artículo escrito y publicado por la actriz y productora mexicana Salma Hayek para el New York Times, esta relata el infierno que representó para ella trabajar junto a Harvey Weinstein.

Octubre de 2017 pasará a la historia del cine como el mes que marcó a Hollywood ya que representó una gran revolución luego de que dos investigaciones periodísticas desataran una fuerte polémica con respecto al acoso sexual que muchas estrellas han enfrentado por parte del productor, este hecho sin duda es un desagradable tema que hasta hace años había sido sólo un secreto a voces en el mundo del espectáculo. La revelación del caso Weinstein fue sólo el motor que impulsó a muchas otras personalidades a contar sus experiencias de abuso cometido por otros productores, directores y actores.

Importantes estrellas como Gwyneth Paltrow, Mira Sorvino, Angelina Jolie, Ashley Judd y Annabella Sciorra entre otras rompieron el silencio e hicieron públicas sus estremecedoras y terribles experiencias de acoso y abuso sexual por parte del reconocido productor de Miramax y The Weinstein Company, quien durante años fue encubierto por su séquito de abogados.

The New York Times
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Por ello Salma Hayek también decidió revelar las terribles experiencias que vivió con Weinstein a quien llegó a denominar «su monstruo».

En su texto, la actriz comenta que en un inicio decidió no hacer pública su experiencia pues representó un doloroso episodio en su vida que no ha podido superar a pesar de que durante años ha intentado «lavarse el cerebro» convenciéndose de que ya había terminado y sobrevivió a ello, además comentó que ni siquiera a sus seres queridos les contó los detalles de las horribles vivencias que tuvo con Harvey.

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«Cuando tantas mujeres dieron un paso al frente para describir lo que les hizo Harvey, tuve que enfrentarme a mi cobardía y aceptar humildemente que mi historia, aunque fuera tan importante para mí, no era más que una gota en un océano de pesar y confusión. Sentí que a estas alturas a nadie le iba a importar mi dolor; quizá era un efecto de todas esas veces que me dijeron, especialmente Harvey, que no era nadie» – Hayek, The New York Times.

Miramax

Hayek relata que la historia de acoso por Weinstein dio inicio en 2002 cuando ella se encontraba en la etapa de producción de su proyecto personal «Frida». Gracias a su amistad con el director  Robert Rodríguez y su esposa de entonces, la productora Elizabeth Avellan logró que Weinstein, entonces director de Miramax, se hiciera cargo de su proyecto. Lo que más tarde se convertiría en  un gran error del que se arrepentiría.

“Sabiendo lo que sé hoy, me pregunto si fue mi amistad con ellos (y Quentin Tarantino y George Clooney) lo que me salvó de ser violada”, escribe.

Salma describe que desde que Weinstein y ella comenzaron a trabajar juntos él se encargó de hacer de su vida un infierno pues constantemente el productor le hacía propuestas sobre favores sexuales a cambio de su implicación en el proyecto,  a los que por supuesto ella siempre se negaba.

No sabía que muy pronto yo tendría que decir no.

No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en hotel tras hotel y locación tras locación donde se aparecía inesperadamente, incluido un sitio en el que estaba rodando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado.

No a bañarme con él.

No a dejarlo que me viera bañarme.

No a dejarlo que me diera un masaje.

No a que un amigo suyo, desnudo, me diera un masaje.

No a dejarlo que me hiciera sexo oral.

No a desnudarme junto con otra mujer.

No, no, no, no, no…

Cada vez que lo rechazaba la irá se desencadenaba en él, incluso un día llegó a amenazarla de muerte.

Especial

Salma confiesa que en un inició le emocionaba trabajar con él y más aún que estuviera a cargo de su proyecto, el cual estaba entusiasmada por convertir en realidad, pues le había dedicado muchos años. En ese entonces Weinstein era sinónimo de calidad, de sofisticación, un refugio para artistas complejos y desafiantes, por eso lo consideraba la mejor opción para Frida.

Un día Weinstein se hartó de sólo recibir rechazo de las propuestas sexuales que le hacía a Hayek, de modo que intentó desvincularse del proyecto pero no pudo hacerlo porque Salma ya había conseguido a actores reconocidos e incluso invirtió su propio dinero para hacer realidad su producción.

Sin embargo, la actriz mexicana, quien en ese momento se sentía «nadie», tuvo que acceder a cumplir una de las fantasías del productor aunque fuera en la pantalla, pues entendió que él no iba a ceder y la obligaría de cualquier forma a filmar una escena de sexo lésbico si no se acostaba con el. Quería verla desnuda de cualquier forma. 

Salma  luchó contra ella misma para poder aceptar la condición y no echar por la borda la película, pero eso no evitó que el día del rodaje de la escena, la actriz experimentara un ataque de ansiedad y vomitara frente a todo el equipo de producción dejándolos sorprendidos puesto que ellos desconocían el trasfondo de esta escena.

A pesar de que la película resultó ser todo un éxito e incluso llevó a Weinstein a ganar 2 Óscares de los 6 a los que fue nominado, Salma aún recuerda con profundo dolor el calvario que el productor le hizo vivir, es por eso que llegó a llamarlo «su monstruo», porque además de acosarla destruyó su autoestima pues más de una vez le dijo que como actriz era «nadie» y como productora resultaba «incompetente». 

En su artículo Salma también escribe la siguiente pregunta que sin duda pone a pensar a muchos:

¿por qué tantas de nosotras, las artistas, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias si tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener nuestra dignidad? -Hayek, The New York Times

Hasta que haya igualdad en la industria, que los hombres y mujeres tengan la misma valía en todos los aspectos de la producción, nuestra comunidad seguirá siendo tierra fértil para los depredadores – Hayek, The New York Times.

Aquí puedes leer el artículo original completo y traducido al español escrito por Salma Hayek: Harvey Weinsrtein, mi monstruo.

Weinstein se defiende:

Después de enterarse de las acusaciones de Hayek, el productor se defendió y envió a su abogado para declarar ante los medios que él no recuerda haber presionado a la artista para que realizara ningún desnudo, además de justificar su insistencia para incluir en la trama una escena de cama entre dos mujeres basándose en que la protagonista de la historia, Frida Kahlo, era bisexual.

«Las acusaciones de naturaleza sexual realizadas por Salma no son exactas y otras personas que presenciaron esos mismos hechos tienen un recuerdo muy diferente de cómo se desarrollaron» – confesó su representante legal.

Enojo, tristeza e impotencia provoca conocer este y otros testimonios de actrices que han sido victimas de acoso y agresión sexual por parte de Weinstein y otros hombres poderosos, porque sólo deja al descubierto que a pesar de los intentos, aún el machismo sigue presente en nuestra sociedad y las mujeres continuamos siendo blanco de abuso. Lo peor es que esta situación no sólo está presente en el ámbito del espectáculo sino en cualquier área laboral en todas partes del mundo.