¿Pensabas que era producto del Photoshop?
Muchos (sobre todo las nuevas generaciones) podrían pensar que le famosísima imagen del físico Albert Einstein sacando la lengua era producto de la edición de algún diseñador ingenioso pero no, de falsa no tiene un centímetro y a pesar de ser una de las más reproducidas alrededor del mundo, el impreso original cuesta miles de dólares, porque sí, aún existe.
Antes de todo un poco de datos, el fotógrafo que corrió con la suerte de captar el momento se llama Arthur Sasse de la agencia United Press International y la historia empezó en 1951 cuando el hombre esperó afuera del Princeton Club junto a un gran grupo de reporteros para fotografiar al autor de la Teoría de la Relatividad cuando salía de una buena fiesta con sus amigos por su cumpleaños número 72.
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La hora del encuentro llegó y el físico atendió a todos de muy buena manera, posó para los flashes y contestó algunas preguntas, sin embargo, el último en llegar a él fue Arthur, quien le pidió que diera un momento a su lente con una sonrisa, a lo que Albert respondió con el gesto que ya todos conocemos. Nadie sabe si la reacción fue producto del humor que caracterizaba al científico o un reflejo del hartazgo por pasar un largo rato frente a la prensa, sin embargo, el fotógrafo no dudó en llevar el material al periódico en donde trabajaba para proponer publicarlo.
Una vez en la redacción, Arthur y el equipo no sabían si sacar a la luz pública la imagen o no, después de un rato decidieron «jugársela» y en poco tiempo la foto de Einstein ya recorría todas partes pero las cosas se pusieron aún mejor, porque el físico en lugar de molestarse por ello (el miedo por publicarla era ese) mandó a imprimir otras nueve copias de las que cortó a sus acompañantes para dejar sólo su rostro y poder autografiarlas para regalarlas a sus amigos.
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El tiempo pasó y la fama de la imagen fue increíble, tanto que más de 6 décadas después sigue dando la vuelta al mundo. De hecho, hasta hace poco la icónica foto original (sí, en donde está acompañado de Frank Aydelotte y su esposa) fue subastada y aunque aún no se sabe con exactitud quién se hizo de ella, se dice que pudo haber pagado unos 44 mil dólares por tenerla colgada en su sala y es que Einstein no sólo es imagen de la cultura popular gracias a ese afiche, también es uno de los personajes que cambió el rumbo de la historia con sus teorías e investigaciones.
