Investigadores españoles han encontrado una forma de revertir los efectos del Parkinson, prevenir la muerte neuronal y rescatar neuronas dañadas por el padecimiento.
Una investigación publicada por la revista «Molecular Therapy» y liderada por el grupo de Enfermedades Neurodegenerativas del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) ha encontrado en modelos de ratones una vía para detener la progresión del Parkinson y revertir su sintomatología.
El estudio fue llevado a cabo en ratones de laboratorio con Parkinson y demostró que incrementa las enzimas que sintetizan la dopamina, generando a su vez la sobreexpresión de TFEB o «gen máster», es decir, aquel que actúa como factor clave controlando a otros genes en neuronas dopaminérgicas y que cuenta con un efecto neurotrófico (favorece la supervivencia de las neuronas) y neuroprotector (las protege) lograría incrementar los niveles de dopamina para prevenir la muerte neuronal, y rescatar a las neuronas afectadas por la enfermedad.
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El método aún necesita ser probado en humanos pero podría significar una vía para frenar el padecimiento.
«El efecto neurotrófico no solo es capaz de prevenir la muerte neuronal, sino que también es capaz de rescatar neuronas que han quedado afectadas por la enfermedad», -comentó el investigador del VHIR Jordi Bové, responsable del estudio.
Con este tratamiento las neuronas que presentan una atrofia o disfunción recuperarían su funcionalidad y tamaño normal, además el incremento en los niveles de dopamina gracias a la sobreexpresión del TEFB tendría una triple función: ser un neuroprotector, agente de neurorrescate y ayudaría al restablecimiento de la dopamina.
«Nosotros planteamos la sobreexpresión de TFEB como una estrategia que se puede trasladar a la clínica porque hemos visto que funciona en Parkinson de ratones. La proponemos como alternativa a los factores neurotróficos, ya que podría evitar los motivos por los que éstos fracasan. Aunque no se descarta la terapia génica para coseguir la sobreexpresión de TFEB, nosotros apostamos por la activación farmacológica», –señala Jordi Bové.
El tratamiento farmacológico puede ayudar en un inicio a combatir los síntomas del Parkinson como disminución de los movimientos, temblor en reposo e inestabilidad postural, pero poco a poco aparecen otras complicaciones así que implementar esta nueva estrategia neuroprotectora sería ideal para detener la progresión de la enfermedad.

Encontrar una cura para este padecimiento es indispensable, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo después del Alzheimer y afecta al 3% de la población mayor de 50 años (4.1- 4.6 millones de personas) y se calcula que para 2030 la cifra sea duplicada.