Todos hemos creído siempre que la comida entra por los ojos ya que si la vemos y se nos antoja en automático queremos comerla, pero no, en realidad los antojos entran por el olfato. La noticia ha sido estudiada y corroborada por científicos alemanes y lo peor de todo es que también confirmaron que el sólo olerla nos engorda. 🙁
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Lo sé, es lo peor que la Universidad Berkeley de California nos reveló porque a su decir, existe una fuerte relación entre los olores de la comida y el proceso de metabolismo del cuerpo, esto lo descubrió realizando un estudio con ratones modificados genéticamente para hacer que su sentido del olfato no estuviera tan desarrollado y los alimentaron con comidas grasosas para compararlos con otros roedores cuya capacidad olfativa funcionaba con normalidad. Esto arrojó como resultado que los ratones que no podían oler de forma normal sólo aumentaron un 10% de peso mientras que los que sí podían oler toda la comida aumentaron su masa corporal y doblaron su peso, llegando a la conclusión de que efectivamente oler la comida hace que ganemos unos kilos.
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La conclusión, según los investigadores, es que el olor de la comida hace que el cuerpo comience a trabajar complicando quemar calorías, es decir, que cuando hueles los platillos tu cerebro le avisa a tu cuerpo que estás por comer, haciendo que tu metabolismo trabaje aún cuando no estés probando nada.
¿Puede haber algo más triste? Por cierto, el experimento también arrojó que los ratones que estaban pasados de peso y con el olfato menos desarrollado lograron perder peso aún cuando su dieta consistía en grasas.
Moraleja, no huelas nada que no te vayas a comer. 🙁
