Innovar a la hora de tener relaciones sexuales es lo que hace que el placer vaya más allá, pero ¿has atado a tu pareja? El shibari (ataduras en español), es un estilo japonés de bondage que implica hacer nudos y líneas estéticas, usando cuerdas. Generalmente, el hombre desliza suavemente cuerdas de algodón sobre el cuerpo de la mujer, haciendo giros y amarres sobre su cuerpo hasta inmovilizarla, aunque también hay hombres que gustan de ser atados.
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Una vez lograda la inmovilidad, comienza el juego en donde la vulnerabilidad es la clave. La persona atada puede recibir masajes eróticos, sexo oral o ser penetrada. Estar atada o atado permite que se concentre casi exclusivamente en el placer que recibe.
El shibari es tan famoso que existen profesionales del mundo del sexo prohibido o secreto. Sin embargo, no es necesario ser experto para disfrutarlo, las versiones caseras también le dan una chispa a la vida amorosa.
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Hay que tener en cuenta que esta técnica sexual tiene sus riesgos. Si los nudos están muy apretados pueden dejar marcas o moretones y en el peor de los casos las sogas pueden cortar la circulación y provocar un desmayo.
Se recomienda evitar amarrar el cuello o las articulaciones, usar materiales flexibles y suaves al contacto con la piel, pausar la actividad si ocurren hiperventilaciones, calambres o mareos y por último, tener tijeras a la mano para cortar rápidamente las ataduras en caso de alguna emergencia.
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Ahora sí, solo falta ponerte de acuerdo con tu pareja y asumir cada uno su rol, ya sea dominante o pasivo, el punto es cumplir sus fantasías y elevar el líbido.