¡La atmósfera de la tierra pierde oxígeno! Lo sé, lo sé, suena a escena de película de terror, tal vez me vi un poco dramático pero sí es algo en lo que debemos poner manos a la obra.
Y el oxígeno ¿On tá?
Los científicos han descubierto que en los últimos 80 mil años, los niveles de oxígeno han decaído un 0,7% y no se sabe con certeza cuál es la causa.
Bueno, según Daniel Stolper, geólogo de la Universidad de Princeton, el estudio se hizo por la mera curiosidad pero se llevaron una gran sorpresa cuando, ¡chan, chan, chan, chan!, se dieron cuenta de que los datos confirman una tendencia a la baja.
Ok, suena un tanto loco, porque, ¿cómo mides el nivel de oxígeno de hace 80 mil años? Bueno, la repuesta está en los polos de la tierra. La capa de hielo en esta región contiene burbujas con aire de la atmósfera y cuanto más grande se hacen los agujeros en esta misma, más retrocede en el tiempo.
También te puede interesar: Como por arte de magia, ¡nació el primer bebé dragón en Eslovenia!
¿Somos culpables?
La industrialización ha multiplicado miles de veces el consumo de oxígeno y ha saturado la atmósfera con toneladas de dióxido de carbono y otras sustancias, explica Stolper.
Nuestra atmósfera no siempre fue rica en oxígeno, pero las primeras algas microscópicas conocidas como Cianobacterias, saturaron la atmósfera con oxígeno e hicieron posible el desarrollo de formas de vida más complejas. Los últimos 100 millones de años, el ciclo se ha mantenido estable, más o menos cada mil años, todo el oxígeno de la atmósfera se convierte en agua y de ahí a oxígeno mediante procesos naturales, repitiendo el ciclo (como nos enseñaron en la escuela 😉 ).
También te puede interesar: El volcán Popocatépetl, la nueva fuente de energía moderna
Sin embargo, aquí viene la mala noticia y es que en los últimos 80 mil años la tendencia es a la baja, las causas de la perdida de oxígeno no están claras aún pero la hipótesis más probable es la del calentamiento global 🙁 , el aumento de la temperatura de los océanos aumenta la solubilidad del oxígeno, lo que en teoría reduciría la cantidad de este elemento que vuelve a la atmósfera en su ciclo natural.
Así que cuando decimos que todo lo que hacemos causa consecuencias, es cierto. Recuerda que las pequeñas acciones hacen grandes cambios, el planeta es de todos.