Si tu boleta está llena de 5, 6 y 7 no te preocupes, ¡es un buen indicador!
Por años hemos peleado contra el sistema educativo que se implementa, muchas personas afirman que un simple número no define quién eres y que tener un diez no te asegura tener una vida laboral productiva. Para corroborar la creencia popular el escritor y periodista inglés John Haltiwanger ha publicado un articulo que causó mucha polémica debido a su argumento: Los estudiantes mediocres son los más exitosos en la vida laboral.
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Según el periodista, los estudiantes que sacan buenas calificaciones en la escuela y en la universidad no siempre son los más inteligentes y ni siquiera logran mayores éxitos en su vida laboral. Por su parte, los estudiantes mediocres, esos que siempre se asocian a tener cincos y seises son los que logran obtener mayores éxitos en su faceta profesional.

Obviamente tenemos que decir que el argumento de Haltiwanger solo lo respalda su amplia carrera periodística y no un estudio previo en psicología o en pedagogía, sin embargo, su particular punto de vista ha dado de qué hablar generando foros de discusión donde pedagogos se reúnen para hablar de los errores que comete el sistema educativo occidental y estas son las conclusiones:
¿Mejor calificación, mayor éxito?
Según la hipótesis del periodista, las personas con mayor calificación no alcanzan el éxito laboral ni tampoco la felicidad, ya que existen muchas personas de gran trayectoria académica que se enfrentan al duro mercado laboral y no dan la talla, por lo que terminan en puestos mal remunerados o peor aún, en situación de desempleo.
En el equipo contrario se encuentran los estudiantes que son ese dolor de cabeza para los profesores toda la vida, pero ser ese dolor de cabeza los pone en una ventaja futura, ya que según el periodista, son incontables los casos de estudiantes que no destacan en absoluto, pero que pasando unos años, explotan todo su talento y crean empresas o tecnologías únicas.
Haltiwanger nos da ejemplos de alumnos mediocres que alcanzaron el éxito laboral, Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg, los tres ingenieros más exitosos de las últimas décadas que nunca fueron los mejores estudiantes.
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Las conclusiones
Del trabajo del británico podemos sacar 3 conclusiones importantes:
La primera: Si realmente existe una conexión entre la inteligencia, el rendimiento académico y el éxito laboral, lo hemos pasado por alto durante mucho tiempo y es momento de comenzar a trabajar para identificar esta delgada línea.
Segunda: Si los alumnos sobresalientes no son útiles para la vida laboral es que existe una desconexión entre la académica y sus enseñanzas con las necesidades palpables de la sociedad. Esto incita a los pedagogos y demás personas a trabajar en planes académicos reales, que busquen atender esas necesidades.
Tercera: Tenemos que cambiar nuestro concepto de éxito, ya que tener éxito se vincula con el ámbito económico y en realidad es producto de la percepción ya que cada individuo define qué es una vida exitosa en base a sus prioridades.
Así que en efecto si seguimos este esquema, los estudiantes de matrículas de honor necesitan aprender más habilidades sociales y relacionales, de inteligencia emocional, capacidad de análisis, habilidades comunicativas y de persuasión entre muchas otras, esas que no ayudan a obtener la admiración de los profesores, sino que construyen una vida plena y feliz.