Parece película de terror pero es pura realidad.
En los últimos años, el tráfico de órganos se ha disparado de manera alarmante en diferentes partes del mundo pero ahora, con la situación que se vive en diferentes países, los refugiados sirios se han visto obligados a vender sus órganos para poder sobrevivir.
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Carne fresca a la vista
La famosa cadena de servicio público de radio, televisión e Internet, British Broadcasting Corporation, popularmente conocida como BBC, ha sacado a la luz una alarmante investigación sobre el tráfico ilegal de órganos humanos. En ella presentan a Abu Jaafar, un supuesto traficante que se aprovecha del sufrimiento y necesidad económica de los refugiados sirios para extraer sus partes vitales y venderlas al mejor postor.
«Sé que lo que hago es ilegal, pero en mi opinión estoy ayudando a los refugiados».- Comentó Jaafar.
La situación de los refugiados sirios ha empeorado con la guerra civil que no cesa desde el 2011, además, en el país al que están recurriendo para protegerse, Líbano, aquellos que no han sido registrados como refugiados, tienen prohibido trabajar o recibir algún tipo de ingreso monetario legal, eso sin contar que las diferentes medidas que se han implementado para restringir las salidas de los que están huyendo les están complicando las cosas.
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Un trabajo de vida
Abu Jaafar, nombre falso que utiliza este hombre para vender los órganos, era un guardia de seguridad en un bar hasta que encontró una mina de oro en la venta ilegal de órganos ya que asegura, en los últimos tres años, 30 refugiados han acudido a él para vender lo que se solicite, principalmente riñones pero hay quienes le entregan hasta sus ojos. Jaafar busca a los mejores candidatos para sacarles los órganos que posteriormente pueden ser exportados por la escasez de trasplantes en diferentes regiones de Medio Oriente, causada por las diferentes religiones que prohíben estas prácticas.
Su último cliente, según narra el reportaje de la BBC, fue un adolescente de 17 años que vendió su riñón derecho por 8,000 dólares; este joven buscaba un ingreso rápido para poder mantener a sus cinco hermanas y a su madre después de que su padre y hermano murieran durante la guerra. Para poder extraerle un órgano al candidato, Jaafar lo lleva un lugar secreto con los ojos vendados y lo deja en casas alquiladas que son confeccionadas como clínicas clandestinas para hacerle pruebas de sangre y posteriormente, se realiza la cirugía.
«Cuando la operación está terminada los conduzco de nuevo a su casa, sigo en contacto con ellos durante cerca de una semana hasta que le saquen los puntos. Luego de eso ya no me importa qué les sucede, realmente no me importa si mueren. Yo obtuve lo que quería.»- Dijo Jaafar.
No cabe duda de que esta es una situación comprometedora en Líbano, ya no sólo Jaafar se dedica al tráfico de los órganos, también hay 7 personas más involucradas en ese negocio, además, este hombre ha pintado su número en varias casas de ese país para ofrecer su servicios sin importarle que las autoridades lo detengan, a raíz de ello han surgido muchísimas sospechas de que varios policías estén al tanto de la situación pero se hagan de la «vista gorda».