Un día vas a hacer lo que más amas y al otro estás muerto, nadie piensa en ello, pero fue exactamente lo que le pasó a Fabrizio Stabile cuando fue a nadar a una piscina de olas en Texas, Estados Unidos.

Fabrizio salió de la alberca y empezó a sentirse mal, un dolor de cabeza casi insoportable lo mandó directo a casa, dos días seguidos sin que este bajara siquiera un poco, ninguna medicina lo calmaba, el segundo día precisamente fue cuando despertó y no pudo moverse ni hablar de forma coherente, hasta que una vez en el hospital, murió.

El chico no lo sabía, nunca lo supo, pero fue víctima de una rarísima bacteria llamada Naegleria Fowleri, también apodada parásito comecerebros, misma que se introdujo en su cuerpo sin que lo notara. El parásito comecerebros sólo ha sido diagnosticado 143 veces en 55 años en Estados Unidos, nada más 5 personas han logrado sobrevivir, en todo el mundo sólo hay un medicamento que logra contrarrestar el trágico final que augura contraerlo y esta no es fácil de conseguir. Cuando a Fabrizio le diagnosticaron el mal, ya no había tiempo y tampoco nada por hacer.

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Lo peor de todo es que esta bacteria ha sido descubierta en todas partes, agua, lodo, calles, alcantarillado, arena y todo lo que pueda venirse a la mente, pero aún no se sabe a ciencia cierta qué la propicia, aunque sí se sabe que es tan fuerte que resiste a temperaturas de hasta 45°C, a aguas poco cloradas y también se ha aislado del aire contaminado con polvo. 

Ahora, la alberca de Texas en donde se contagió la víctima está clausurada para que se terminen las investigaciones y saber si se puede dar otro paso dentro del enigmático mundo de la bacteria y que abra la posibilidad para tener forma de prevenir su contagio o tratar este de una manera que eleve las probabilidades de su cura.

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