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El ritmo de vida que llevamos hoy en día es demasiado ajetreado que buscamos cualquier manera de facilitarnos las cosas en todo, desde transportarnos hasta comer, un claro ejemplo de ello es cómo consumimos café, lo ideal es comprar uno para ser la forma más sencilla, pero desde que se inventó las cápsulas para prepararlo todo a cambiado, quizá en un inicio se convirtió en moda incluso se creía daba cierta elegancia utilizarlas, pero esas pequeñas cápsulas en realidad son demasiado contaminantes para el planeta, es por ello que países como Hamburgo han decidido prohibir su uso.

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Las cápsulas son fabricadas con plástico y aluminio por lo que se convierten en difíciles de reciclar y por ende en un mayor contaminante, tristemente se cree que si formaramos todas las cápsulas que un fabricante vende en un año se podría dar la vuelta a la Tierra dos veces.

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La realidad es que las cápsulas resultan un proceso disparatado para la porción de café que contienen, es decir, estas contienen un promedio de entre 6 g de 3 g de café, una cosa mínima para todo lo que el empaque contamina, es por ello que en Hamburgo decidieron prohibir el uso de éstas pequeñas porciones de café en oficinas gubernamentales para tratar de frenar un poco su exceso pero muchas personas piensan que es ilógico que solo se limite su uso en estas ya que en casas y pequeños negocios se siguen utilizando.

Muchos que utilizan las cápsulas creen que con desecharlas en el cesto correspondiente de reciclado se está ayudando a prevenir la contaminación desmedida que éstas provocan pero la realidad es los países no cuentan con una planta recicladora especial que sea capaz de procesar todo el plástico y aluminio que contienen.

Al respecto las empresas como Nespresso han declarado que en sus fábricas ellos poseen una planta recicladora especializada en realizar este proceso el cual les sirve para fabricar nuevos empaques por lo que invitan a sus consumidores a acudir a dejar sus restos de cápsulas ahí pero la realidad es que muchos por flojera no lo hacen y recurren a arrojarlas a la basura.

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El impacto contaminante es tal que incluso el creador de estas cápsulas K-Cup, ha pedido que se dejen de vender y usar para tratar de reducir el daño ambiental, ya que tan solo en 3 años el consumo se ha triplicado, tan solo en Alemania se consumen cerca de un 13% de éste pero en EEUU los consumidores suman un preocupante 25%, eso sin contar los demás países.

Nespresso

Por lo pronto las empresa dedicadas a la fabricación de las ampolletas de cafeina han declarado que para el 2020 sus cápsulas ya serán reciclables y amigables con el medio ambiente pero la realidad es que la contaminación cada día aumenta más y en esos años el número de aluminio, plástico y colorantes seguirán causando daños. Realmente hay que valorar y replantearse qué podría salir más caro, si prepararte un café en casa, comprarlo o seguir contribuyendo a la contaminación.