Trabajar, producir y morir, trabajar, producir y morir.
La realidad de muchas personas en el mundo, en muchos lugares de Sudamérica es trabajar 8 horas para cumplir las jornadas laborales pero países primermundistas como Japón deben producir mucho más que cualquier otro, por eso descansar no es opción, tanto, que morir en el trabajo se está convirtiendo en un problema de salud pública.
¿Explotación laboral?
Este fenómeno es tan frecuente en el país del sol naciente que incluso tiene su propio nombre: «karoshi» y lleva ocurriendo desde 1987 pero en estos últimos tiempos se ha disparado de forma alarmante y es que muchas personas han visto sus últimos momentos sentados frente a un computador como consecuencia del cansancio insoportable, de hecho, si mueres trabajando y el juez confirma la causa, la familia recibe una compensación económica que puede ir desde los 20.000 hasta los 1,6 millones de dólares aunque cualquier cantidad está de sobra cuando se trata de «reponer» una vida.
También te puede interesar: Las fortalezas y debilidades de los millennials en el trabajo
El Consejo Nacional en Defensa de las Victimas por Karoshi dice que la cifra de fallecidos puede llegar hasta las 10 mil víctimas anuales, número equivalente al de personas que mueren cada año en accidentes de tráfico.
Y es que cómo no tener ese fatal desenlace si las jornadas laborales son de 15 a 20 horas diarias sin descansos largos (sí, algunas veces no se paran de la silla ni para comer porque comen y trabajan al mismo tiempo, incluso algunas empresas han obligado a sus empleados a usar pañales), algunos de los efectos que causa el trabajar tanto son las apoplejías, es decir, accidentes cardiovasculares como un infarto cerebral, desmayos y derrames.
También te puede interesar: ¿Por qué los estudiantes chinos son obligados a tirar al agua sus celulares?
¿Y ahora?
Después de querer tapar el sol con un dedo y volverse un tanto insensible, Japón busca resolver la situación que ha llegado a oídos del mundo entero por ello está implementando medidas de prevención que son ignoradas por la mayoría de sus habitantes, quienes están acostumbrados a vivir para trabajar.