¿Te imaginas volverte millonario poniéndole nombre a bebés ajenos? Pues esta es la historia de Beau Jessup, la niña que resolvió su futuro con una simple idea.
Beau Jessup y su idea millonaria
Durante unas vacaciones en China, Beau estaba desconcertada mientras acompañaba a sus padres a una comida en un restaurante y es que unos amigos chinos no paraban de preguntarle por un nombre en inglés para su hijo recién nacido. Está por demás decir que la pareja quería una opinión experta (que mejor que la de un británico) para no terminar poniéndole a su hijo Shell o Unilever.
Pero ¿por qué la insistencia? Resulta que cada vez más padres chinos deciden ponerle nombres anglosajones a sus hijos con la esperanza de que en un futuro eso les ayude a trabajar o estudiar si se llegan a mudar a un país de habla inglesa.
Así que ahí fue en donde surgió la brillante idea, Jessup no lo dudó y puso manos a la obra para fundar «Special Name», una página de Internet en donde los ciudadanos chinos pueden elegir el nombre en inglés más adecuado para sus hijos.
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En China se escoge el nombre del bebé en base a los elementos o características que deseas que lo representen y la pagina de Beau sigue la misma lógica. Los padres deben ingresar un rasgo de personalidad y así se puede determinar un nombre en ingles a cambio de sólo 60 centavos.
Quienes accedan a la página web pueden elegir entre varias opciones y una vez que se haya escogido el nombre que llevará el pequeño se genera un certificado con su significado y un ejemplo de una persona famosa que ocupe ese nombre.
Gracias a este sistema Jessup ya ha dado nombre a más de 200.000 bebés chinos y pues de las ganancias ya mejor ni hablamos, la pequeña las está juntando para ir a la universidad.
China y los nombres feos
La restricción a Internet por parte del gobierno chino hace que cientos de padres escojan un nombre para sus hijos con la poca información que encuentran en paginas web a las que si pueden acceder.
El inconveniente es que los asiáticos están expuestos a productos de lujo, a películas de Disney y productos de Harry Potter o el Señor de los Anillos, por lo que usualmente eligen nombres o palabras que encuentran en ellos.
Esto provoca que haya niños llamados Gandafl, o Cinderella y no falta el que incluso se llame Rolex. Algo así como los mexicanos que se llaman «Masiosare» «Disney Landia Rodriguez» e incluso «Satanasio». 🙁
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