¿Los mexicanos somos racistas? La respuesta es dura, sí lo somos, y no precisamente con personas que vienen a nuestro país a disfrutar de su comida y su belleza, sino con nosotros mismos. ¿cuál es la razón de más peso? Nuestro color de piel, ya que a pesar de ser un país mestizo, vivimos discriminando a la persona que es morena.
¿Dónde comienza este problema de autopercepción? Una de las respuestas es en el cine (incluso en el cine mexicano) ya que hemos visto que los personajes principales o los papeles importantes le son dados a mexicanos «güeritos», que son de facciones perfectas, figuras esculturales y buen porte, mientras que los morenitos, los de facciones duras, son los que terminan por interpretar los papeles del jardinero, barrendero o cocinero poniendo la barrera de lo que significa ser moreno y ser «blanco» en nuestro país.
Nuestro canon de belleza sigue los patrones que impone occidente, piel blanca, cabello claro y lacio, un estereotipo que nada tiene que ver con los 1.4 millones de mexicanos que ves caminando en la calle.
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Para ir rompiendo este estereotipo y mostrar la verdadera belleza del mexicano, el fotógrafo Dorian Ulises López Macías ha dedicado sus días a retratar a toda persona que se encuentra durante sus viajes por todo México, desde Tijuana hasta Yucatán.
La idea de Dorian es encontrar la verdadera belleza de nuestra gente y que ser moreno no es sinónimo de feo, es sinónimo de que se puede ser bello y únido. Sus fotografías han hecho tanto ruido que actualmente se están exhibiendo en la bienal del museo Whitney de Nueva York.
En lo personal, creo que la idea es excelente y es que los estereotipos están por todos lados, que si debes ser rubio, tener ojos de color, ser alto o delgado, ¿quién define la perfección y lo hermoso? Nosotros mismos, así que para qué juzgarnos, no hay nada mejor que admirar lo que tenemos frente al espejo. ¿Tú qué opinas?
