Foto: Cuartooscuro

Para los poblanos nada es imposible.

El «huachicoleo» es un tema de todos los días en el estado de Puebla y mientras el gobierno del estado está tomando acciones para reconstruir el tejido social, nadie se había puesto a pensar qué pasa con las tierras que terminan afectadas por el combustible robado que se fuga, la mayoría de ellas son o eran terrenos de cultivo, los cuales tienen que pasar un largo proceso de limpieza para volver a ser útiles, de ahí que la BUAP esté tomando cartas en el asunto para acelerar este proceso.

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Foto: Erick Torres/Virtual Puebla

¿Cómo? Mediante el laboratorio de microbiología del suelo del Centro de Investigación en Ciencias Microbiológicas, en este lugar están usando microorganismos y plantas para recuperar el suelo, un proceso muchísimo más amigable que la limpieza tradicional basada en compuestos químicos.  Armando Tapia Hernández, director del proyecto, explica que dependiendo del tipo de suelo, este puede recuperarse de forma natural siempre y cuando existan los microorganismos nativos que degraden los hidrocarburos. 

Lo que pasa con el suelo contaminado es que cambia su PH ya que el contenido de nitrógeno y carbono se modifica, estos 2 elementos son muy importantes para que haya un suelo sano. Lo que los científicos buscan es que las poblaciones de microorganismos se equilibren localizando a las que ya viven en el suelo y se alimentan del hidrocarburo para que entonces, al aumentar el número de bacterias la biorremediación del suelo se acelere.

El laboratorio trabaja específicamente con bacterias promotoras de crecimiento vegetal, junto con las encargadas de producir biosulfactantes, que son compuestos producidos por bacterias que tienen la capacidad de hacer disolver los hidrocarburos y que son hidrofóbicos, teniendo 2 características sorprendentes, disuelve elementos mediante el agua, pero el agua no lo disuelve.

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Foto: Marlene Martínez

Sin embargo, el problema está en que estos microorganismos no soportan suelos muy contaminados pero para atender este problema, la BUAP está trabajando en un pre-tratamiento con composta, que ayude a reducir las concentraciones a niveles manejables o que sirva para que el suelo sea el soporte de las plantas.

La idea es sembrar plantas inoculadas con bacterias y degradar ese residuo hasta que el suelo se recupere.

Foto: Conacyt