EFE

El hallazgo de fósiles pertenecientes al «Mansourasaurus shahinae» ha derribado la teoría científica que aseveraba que los dinosaurios africanos se encontraban aislados de los europeos.

Un grupo de científicos descubrió en un oasis del desierto del Sahara, en Egipto, restos fósiles de una especie de dinosaurio que hasta ahora resultaba desconocida, así que fue bautizada con el nombre de «Mansourasaurus shahinae». Los investigadores determinaron que poseía cuello largo y cuatro patas, era del tamaño de un autobús escolar, media más de 10 metros de alto y pesaba aproximadamente 5.5 toneladas, además tenía placas óseas incrustadas en la piel, llamadas osteodermos.

El «Mansourasaurus shahinae», era un tipo de titanosaurio perteneciente al grupo de los saurópodos que vivió hace más de 80 millones de años, en el período Cretácico,  época en la que también habitaron otros grandes herbívoros de cuellos largos como el “Argentinosaurio” o el “Patagotitan mayorum”, quienes en comparación con este dinosaurio eran enormes, pues llegaban a medir hasta 30 metros de largo. 

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El Mansourasaurus, vivió cerca de la costa del antiguo océano que precedió al Mar Mediterráneo, además los científicos determinaron que esta especie estaba más relacionada con los titanosaurios europeos y asiáticos que con los de África y Sudamérica, este hallazgo desaprobaría la teoría que durante muchos años se mantuvo como verdadera y afirmaba que los dinosaurios de África no tenían contacto con los de otros continentes.

Los restos del Mansourasaurus son los más completos de un vertebrado terrestre de África continental, según afirma el paleontólogo Hesham Sallam de Egipto Mansoura University, que dirigió el estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution.

Nature Ecology and evolution magazine

En el Oasis Dakhla en el centro de Egipto los expertos encontraron varias partes del dinosaurio como el cráneo, la mandíbula inferior, cuello y vértebras posteriores, costillas, hombros y extremidades anteriores, además de pies traseros y osteodermos.

No cabe duda que la historia y la ciencia pueden dar giros increíbles, pues realmente no todo está descubierto y aún existen muchos enigmas por descifrar.