Uno de los casos de paro cardíaco más largos que ha registrado la medicina es el de Audrey Schoeman. El corazón de la mujer de 34 años se detuvo por 6 horas y vive para contarlo.

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Todo comenzó cuando la maestra sufrió hipotermia mientras caminaba con su marido durante una tormenta de nieve alrededor de las montañas de los Pirineos en el norte de España.  En cuanto dejó de moverse y cayó inconsciente, alertaron a los servicios de emergencia. Un avión la rescató dos horas después y la trasladaron al hospital. Para entonces, la temperatura corporal de Schoeman era de tan solo 18ºC (la temperatura normal son 37ºC). Peor aún, su corazón dejó de latir al poco tiempo. Lo más irónico es que tras sufrir un paro cardíaco, la hipotermia le salvó la vida. 

Su corazón se detuvo por 6 horas y ¡la salvó la hipotermia!
BBC

Para salvar su vida, hubo dos piezas clave. La primera: que el hospital contaba con una máquina que reemplaza temporalmente la función pulmonar o cardíaca. La segunda clave fue la hipotermia. La temperatura corporal tan baja permitió una especie de apagado o “stand by” eficaz del cuerpo, evitando que sus órganos y cerebro se deterioraran y sufrieran daños mayores.

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Aunque la hipotermia estaba a punto de matar a Audrey, también la salvó porque su cuerpo, y sobre todo su cerebro, no empeoró. Si hubiera estado en un paro cardíaco durante tanto tiempo con una temperatura corporal normal, hubiéramos estado certificando su muerte. Pero sabíamos que la hipotermia severa significaba que teníamos la oportunidad de salvarla, y por supuesto gracias a la ECMO. Dijo el doctor Argudo.

Su corazón se detuvo por 6 horas y ¡la salvó la hipotermia!
Eduard Argudo – Twitter

Aunque el corazón de la mujer técnicamente no latía, su temperatura corporal se calentó gradualmente con ayuda de la máquina hasta que estaba lo suficientemente alta como para que los médicos le pusieran en marcha el corazón con descargas eléctricas. La paciente se recuperó por completo tras 12 días de tratamiento en el hospital.

 Es casi un milagro, aunque lo cierto es que se lo debo todo a los médicos. Dijo Audrey.