Detener el acoso en las calles, el reto del siglo XXI.
El «upskirting» es una práctica que consiste en fotografiar o grabar por debajo de la falda de una mujer sin su conocimiento o consentimiento. Estos delitos que legalmente no son reconocidos como tal, suceden todos los días en cientos de lugares como los vagones del metro, parques, banquetas, cruces peatonales, la escuela, el trabajo y básicamente dónde sea. Desafortunadamente, tomar una foto debajo de la falda de una mujer no es considerado una ofensa pública en lugares como en Inglaterra, Gales o España.
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El problema del «upskirting» en el continente Europeo fue destapado por Gina Martin quien relata lo que es tener que luchar contra una ley que avala el voyerismo siempre y cuando este suceda en lugares privados como la casa o el probador de alguna tienda de ropa pero, ¿y el espacio público? Y es que resulta que gina fue acosada durante la celebración de un concierto en el British Summer Time.
Martín se encontraba con su hermana esperando a que apareciera en escena su banda favorita cuando un grupo de hombres se acercó a ellas y tras una pequeña plática las preguntas comenzaron a ser incómodas, incluso las miradas comenzaron a ser lascivas. Después de hora y media las hermanas lograron que los hombres se fueran pero al verlos marchar, la chica notó que uno de ellos se mofaba de algo que veía en su teléfono, con esfuerzo logró ver que se trataba de una foto de su entrepierna que bien podría terminar compartida en una pagina de contenido erótico o pornográfico.

La chica logró arrebatarle el teléfono al hombre y correr hasta el puesto de seguridad más cercano donde se la mostró a dos policías acusando con justa razón a los hombres. Tras un interrogatorio y una revisión rápida a la imagen los policías terminaron por concluir que la foto muestra más de lo que la chica quería, pero al no ser explícita no podían hacer nada. Ella interpuso una denuncia ante las autoridades londinenses, pero estas terminaron cerrando el caso defendiendo el argumento de los policías: Al tener calzón, no es una foto explícita.
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La chica subió su historia a sus cuentas de Facebook y Twitter y las reacciones no se hicieron esperar, ya que hubo personas que la apoyaron y compartieron vivencias similares, mientras otros la victimizaron y dijeron fue culpa de ella por no usar faldas más largas.

El incidente en el que se vió envuelta Gina Martin tenía como único propósito comenzar a poner sobre la mesa que el abuso callejero mediante fotografías sí es un delito sexual, tal como lo es en Estados Unidos en donde a los agresores les llegan a dar hasta cuatro años de cárcel, en contraste con lo que sucede en lugares como Reino Unido, Gales y España, ahí las leyes garantizan el honor a la intimidad personal, familiar y a la propia imagen puntualizando que la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y pleno ejercicio de sus derechos pero nada de penar las fotos por debajo de la falda.
Así es como gracias al valor de esta mujer, muchas de las legislaciones del mundo reconocen que tienen que trabajar por los derechos de las mujeres, sin embargo, no han hecho demasiado por cumplir su palabra.
¿alguna vez has visto o vivido algo así?