Ahora es muy fácil tomar fotos de todas las cosas que pasan pero, eso lo hacemos todo pero hay quienes van más allá, como este chico.
Jamie Livingston era un joven apasionado por la fotografía y el cine que un día recibió una cámara Polaroid SX-70 y desde ese momento su vida cambio ya que cada día tomaba una nueva foto de lo que le ocurría, la historia comenzó el 31 de marzo de 1979, cuando no había Internet y no tenias que mostrarles a todos lo bueno que eres con una cámara.
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Una historia de vida
Con su inseparable Polaroid, Jamie decidió hacer el reto más importante de su vida y por lo que siempre será recordado, salió a la calle a tomar fotos durante ¡18 años! (¡muchos ni siquiera pueden tomar una foto diaria!) para poder atesorar todos los momentos que marcaron su paso por este mundo, desde las situaciones más felices hasta aquellas que te harán llorar con sólo imaginarlas.
En este proyecto con más de 6000 fotografías, podemos ver su vida en New York City, su estancia en la universidad, la forma en que se divertía con sus amigos, el momento en el que le pidió matrimonio a su novia y el día de su boda, pero como en toda historia, siempre hay algo que nos hace sacar las lágrimas ya que en sus fotos no sólo podemos ver los momentos felices.
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En 1997 Jamie fue detectado con cáncer y desde ese momento sus fotografías se volvieron prueba de la constante lucha contra su enfermedad, misma que perdió ese mismo año, unas semanas después de su matrimonio y días más tarde de su cumpleaños y, como era de esperarse, la fotografía de su muerte forma parte de la colección 🙁
Recuerdos que perduran
Seguramente te preguntarás el cómo fue que salió a la luz este material, bueno, después de su fallecimiento, sus amigos Betsy Reid y Hugh Crawford, prometieron mantener vivo su proyecto después de su muerte por lo que crearon la página «Jamie Livingston: Some photos of that day» para subir ahí todas las fotografías y recuerdos de Jamie (entra a la página para que le des un vistazo a la colección completa de Jamie, pero eso sí, ten una caja de pañuelos a la mano).
Jamie es la prueba de que cuando se quiere, se puede y que si eres una persona que persigue sus sueños algún día alguien te recordará, no sólo por tus fotos, también por los buenos momentos que pasó contigo 🙂 .
