No es broma.
Hace algunos años ya que nos enteramos de que los aparatos electrónicos, como las cámaras web, pueden ser «hackeados» sin mayor problema por algún ocioso que se dedique a molestar a los demás y a sacar información valiosa por la que luego pide una recompensa.
A pesar del tiempo y de que se han tomado interminables medidas para evitar ser espiado a través de los gadgets que tenemos en casa, la verdad es que aún existen filtraciones que ponen en apuros a las autoridades y llenan de pánico a la gente.
La prueba es lo que le ocurrió a esta chica en los Países Bajos, su nombre es Rilana Hamer y hace varios meses, cuando compró su webcam por Action, una tienda local, nunca imaginó que su privacidad terminaría en peligro. Rilana usó sus redes sociales para confesar la terrible experiencia que había tenido después de que usó el dispositivo que se enchufa a la alimentación en la pared y luego se conecta a una red wi fi desde su celular con una contraseña. Su cámara de escritorio la había espiado.

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La joven aseguró que pensó que se estaba volviendo loca cuando escuchó cómo el aparato que había comprado para vigilar a su perro mientras no estaba en casa, la saludaba e incluso seguía sus movimientos. Primero, escuchó ruidos en la sala de estar, entró a la habitación e ignoró la situación, sin embargo, después los sonidos continuaron y decidió regresar dispuesta a grabar con su móvil lo que pasaba.
La cosa se puso peor porque cuando volvió, el aparato se volteó directamente hacia ella y le dijo: -«Bonjour madame» (buenos días, señora), ella respondió con un -«Hola, ¿hay alguien ahí?» y entonces, la cámara repitió: -«Bonjour madame, tout bien avec vous?» (buenos días, señora, ¿todo bien con usted?). La reacción provocó pánico en la chica, quien de inmediato desenchufó el aparato y comenzó a preguntarse desde cuándo ese «alguien» la vigilaba y qué tanto había visto de ella.
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Luego de tranquilizarse, Rilana devolvió la cámara y contó lo sucedido a la empresa, que además de disculparse quedó intrigada con lo sucedido, ahora, investigan de dónde fue hackeado el aparato y si el problema fue este o el uso incorrecto de contraseñas y el wi-fi.

Sea cual sea la razón, he ahí otro motivo para poner la famosa estampa en la cámara de tu computadora cuando no la estés usando y es que no sólo el Papa y Mark Zuckerberg corren el riesgo de ser espiados, nosotros los mortales también D: .