El príncipe William y la duquesa de Camdridge, Kate Middleton, celebraron el bautismo de su hijo Louis en la capilla real del palacio de St. James y aunque la ceremonia ya es un gran acontecimiento, lo que más llamó la atención a miles de internautas y medios de comunicación es lo que sucedió cuando la familia real y sus invitados se dirigieron a beber el té en Clarnce House porque para seguir el protocolo inglés, los padres de Louis sirvieron rebanadas del pastel de su boda, ¡sí!, del mismo que degustaron en 2011!

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La tradición británica existe desde hace muchos años y consiste en que las parejas conserven parte de su pastel de bodas para volver a servirlo durante el bautizo de su primer hijo, pero para el caso de los duques de Cambridge el postre les ha durado para repartirlo en los bautizos de sus tres hijos.

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Seguramente la tradición te puede parecer un poco asquerosa y te estás preguntando si el pastel estaba en buen estado, la respuesta es que sí, porque durante estos 7 años se ha conservado de manera especial para evitar que se plague de bacterias y el moho aparezca, de hecho; una dosis especial de frutas y alcohol fue colocada en él para permitir su preservación.

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El pastel fue diseñado por Fiona Cairns y para su elaboración se requirieron 17 piezas individuales de pastel de frutas, fue decorado con glaseado de crema blanca y 900 flores comestibles.

¿Te comerías una rebanada?