El dicho «el perro es el mejor amigo del hombre» es bastante común y certero, pues los humanos tenemos una especial conexión afectiva con nuestros amigos peludos y las razones son asombrosas.
El querer tanto a tu amigo canino no es para nada extraño, como tampoco lo es hablarle con demasiada fluidez , comprender cuando está feliz, triste y hasta enojado sólo por su comportamiento y movimientos.
Los humanos tenemos una relación con diferentes especies animales, pero lo cierto es que ninguna se compara con la que tenemos con los perros, por ejemplo; con las vacas, pollos, cerdos y peces podremos convivir en cierta medida, pero al final terminamos con su vida para convertirlos en alimento, mientras que con los caninos, la situación es muy diferente.
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De acuerdo con algunas investigaciones, la relación del humano con el perro tiene más de 14 mil años y aunque estos animalitos comparten en un 99.9% su ADN con el lobo, existen pequeñas variaciones que hacen una gran diferencia. En el cromosoma 6 los investigadores descubrieron que 3 genes que están codificados para la hyper sociabilidad son muy similares a los que los humanos presentan y se relacionan con la dulzura.
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Nuestros ancestros que aún vivían en la naturaleza y en chozas se percataron pronto de que los perros a diferencia de los lobos y los coyotes, se acercaban a los campamentos en busca de calor, comida y refugio, a cambio eran buenos guardianes. Fue así como se ganaron la aceptación y el cuidado del hombre.
Una vez que el hombre dejó su vida en la naturaleza, en teoría la relación con el perro debió concluir, pero no fue así, está siguió adelante, nuestros amigos de 4 patas siguieron recibiendo albergue, cuidado y comida, para ese entonces el hombre ya estaba encantado con el perro, el cual pronto empezó a ver a los dueños como si fueran su propia familia, que le brinda protección y cuidado.
Muy pronto apareció la palabra puppy, la cual es una variante del término francés poupée (muñeco u objeto por el que experimentamos un cariño irracional).
Actualmente por lo menos en las áreas mayormente pobladas por humanos el perro es la especie carnívora terrestre más común, al menos 900 millones de canes se encuentran alrededor de todo el planeta, el perro doméstico llamado científicamente como Canis lupus familiaris se ha subdividido en cientos de razas.
Por otro lado, el amor que el humano ha desarrollado por el perro se sitúa en esas áreas del cerebro que nosotros llamamos el corazón, es decir; no se encuentra en la parte racional sino en las partes soñadoras o de la devoción y es precisamente ese amor el que durante años nos ha mantenido cerca de los canes.
De acuerdo con la psicóloga Andrea Beetz los humanos y los perros liberamos mayores niveles de oxitocina, la hormona relacionada con sensaciones agradables, incluyendo la sensación de amor hacia una persona.
Así es que nuestra relación con los perros es mucho más estrecha de lo que pensábamos y eso es algo simplemente maravilloso.
