Como bien sabemos, Melania Trump no es precisamente el ejemplo de mujer empoderada y feliz que suele caracterizar a las primeras damas, al menos de Estados Unidos y aunado a ello, tampoco es la esposa del hombre más querido del mundo, más bien, todo lo contrario.
A Melania se le ha tachado de frívola, interesada, sumisa e incluso de mujer que conspira contra el pueblo, sin embargo, muy pocos se han puesto en sus zapatos, así que lejos de juzgar esta vez, porque claro, tampoco es una santa, nos gustaría resaltar 5 razones por las cuales la ex modelo pudo haber forjado el carácter que la distingue.
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1.- Reprimida. Melania es el ejemplo perfecto de mujer con poca palabra y es que, a pesar de ser lo suficientemente famosa para que el mundo la voltee a ver, ella prefiere ser quien siempre apoya a su marido, y eso no es malo, lo poco favorable es que mientras eso pasa agacha la cabeza al suelo y nunca mira de frente al presidente; todo eso sin contar que ha pasado por momentos incomodísimos mientras frente a ella, su marido se expresa de las mujeres y los inmigrantes como si fueran un objeto.
2.- Esta no es mi vida. A estas alturas para nadie es sorpresa que Melania confesó muchas veces que ella no quería que Donald fuera presidente de los Estados Unidos, además de que lleva más de una década cargando con los rumores que aseguraban que ella dio el sí sólo porque cuando conoció al magnate estaba en bancarrota y él necesitaba una imagen seria y estable. No debe ser nada agradable que desde siempre sospechen que no eres feliz.
3.- Adiós Casa Blanca. La extranjera nunca ha estado interesada en vivir con su esposo en la Casa Blanca, el argumento desde el principio fue que no quería que su hijo Barron cambiara su ritmo de vida de forma drástica; en su lugar, Ivanka, la hija mayor del mandatario, ha tomado el rol en cuanto a cuestiones oficiales y la señora Trump se limita a hacer compañía en actos oficiales.
4.- El mundo en contra. Para la gran mayoría de los seres humanos, tener la aprobación de sus seres queridos respecto a su pareja es importante, más aún cuando se trata de sus padres y los de la primera dama no son muy felices que digamos con su matrimonio, de hecho, entre más puedan evitarlo, mejor.
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Así que en realidad, las actitudes de Melania Knauss van mucho más allá de ser engreída y frívola, más bien, debe ser bastante fuerte y valiente para llevar sobre los hombros todo lo que le aquejan, y eso que apenas lleva un año en el «puesto».
